lunes, 13 de marzo de 2017

La traición se mide por puñales...

Esta semana he decidido comentar algo que está al orden del día en nuestras vidas y que suele pasar desapercibido y es que... ¿a quién no han traicionado alguna vez? todos nos hemos sentido traicionados en algún momento de nuestras vidas, y las traiciones duelen el doble si vienen del último del que te lo esperabas.
La RAE define a palabra traición como: Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe tener. Sin embargo la traición va mucho más allá, las traiciones están presentes en series, letras de canciones y películas haciéndolas más interesantes. La historia aguarda grandes traiciones como por ejemplo la más conocida a nivel mundial, la traición de Judas a Cristo por treinta monedas
Y así funcionáis vosotros, por el interés y la avaricia que son los principales culpables de la traición, me juego el pescuezo a que a más de uno que está leyendo esto ahora mismo le han traicionado a cambio de algo con lo que el mismo traidor se ha visto favorecido
Yo personalmente veo la traición como un arma de doble filo, como algo que puede cambiar y alterar nuestra vida de manera drástica, pero también como algo de lo que se aprende. Conforme la traiciones aumentan en nuestra vida, se pierde la inocencia y la confianza, tanto en uno mismo como en los demás. Y digo en uno mismo porque muchas veces cuando nos traicionan nos cuestionamos en qué hemos fallado o qué hemos hecho mal para que esa persona en la que tanto confiábamos nos haya traicionado, pero a la vez con las traiciones aprendemos a ser más selectivos con las personas y a no fiarnos de ``cualquiera´´ por así decirlo.
Como ya he mencionado antes he decidido dedicar mi entrada semanal a la traición porque es algo que salpica a diferentes ámbitos de la sociedad, tales como la política, la cultura, el fútbol hasta llegar a nuestra vida personal. La traición nos afecta mentalmente generando sentimientos negativos como el odio, el desprecio, el rencor, dolor, repugnancia, hasta tal punto de no volver a ser los mismos y cambiar radicalmente tras la traición de alguien al que considerábamos importante
El antónimo de traición es fidelidad, y con esta palabra se me viene a la mente un refrán que siempre decía mi abuela y es que fieles le dicen a los perros y te traicionan por comida, cuando me lo decías no lo comprendía pero... ¡qué razón tenías, abuela!
Entiendo la traición como el escudo de personas débiles, porque traicionan los cobardes, las personas con falta de empatía hacia los demás, seres egoístas que se rigen por el interés y yo estoy muy fuera de eso...
Estoy fuera de todos vuestros ``corre, ve y dile´´ tan presentes en la sociedad, de vuestros comentarios por detrás, de toda la insustancialidad que demostráis con vuestros ``te quiero´s´´ a la semana de estar juntos, y ojo, cuando me refiero a traición no me refiero al ámbito sentimental o mejor llamado infidelidad, me refiero a lo malas que podemos llegar a ser las personas entre nosotros
Y es que me veo tan fuera de todo el daño que hacéis, porque he sido criada en el ``no hagas lo que no quieras que te hagan a ti´´ eso sí, los favores los pago y las traiciones las cobro
Mi conclusión es que las personas reales se cuentan con los dedos de una mano, y que en los tiempos que corren lo mejor es no esperar nada de nadie porque así no te decepcionan.

  A veces el traidor se hace más daño a sí mismo que al traicionado, ahí os dejo con vuestra conciencia.


3 comentarios:

  1. Me parece una entrada estupenda que solo dices cosas veraces y que además provocas un pensamiento constante al lector.Me parece que has hecho un gran trabajo y una gran indagación.

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  2. Hola Raquel he decidido comentarte con el fin de felicitarte, pues me parece que llevas a cabo una gran labor en tu blog en el que pones pasión a las cosas que escribes. Me encanta tu forma de expresarte y creo que eres una de las personas que mejor han cogido el sentido al blog, en fin que me gusta mucho leerte. Un Saludo y sigue así.

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  3. Nada más ver el tema del que ibas hablar, me ha encantado la idea. Estamos acostumbrados a que de una manera u otra nos traicionen o exista una infidelidad, y no me refiero al tema amoroso. Como tu dices las personas reales las podemos llegar a contar con los dedos de una sola mano. Y es que aquellos que traicionan seguramente estén tan acostumbrados a viajar en esta vida solos que ni ellos mismos se den cuenta. Por último quiero hacer referencia a la frase que te decía tu abuela, ya que es totalmente cierta y hasta de tu propia sombra tienes que llegar a desconfiar.

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