Creo que es la primera vez que me pasa, que me pongo enfrente del ordenador y se me viene a la cabeza una lluvia de ideas, que no soy capaz de desarrollar, porque mi cabeza no me lo permite, porque estoy en otros asuntos o porque tengo tanto que decir que prefiero callármelo.
Por aquí dejo constancia de algunos de mis pensamientos más sanos y mediocres por así decirlo, porque de lo contrario estaría dando a conocer una parte de mí que no estoy dispuesta a que la conozcáis. Como bien dicen, la imagen que damos es la que queremos dar, pero muchas veces esa imagen no se corresponde a lo que verdaderamente se alberga en nuestro interior, y a mi parecer las etiquetas que pone la sociedad no ayudan, pero bueno, eso son otros asuntos en los que hoy no voy a centrarme
Ni mucho menos quiero hacer de este blog un diario, pero hoy tengo la necesidad de hacer la valoración y analizar un día normal en mi vida, algunos de vosotros quizás os sintáis identificados, a los que no, enhorabuena, de antemano quiero decir que lo que voy a contar es la que quiero contar y puede que no se asemeje a la realidad, pero bueno creo que en pleno 2017 seguimos sin curarnos de espanto
El día de hoy ha transcurrido de manera normal y tranquila, es uno de estos días en los que no te suena el despertador, en los que no te levantas con dolores, ya sea de cabeza por una resaca o por cualquier maldita postura que haya cogido en la cama. Me había dado una ducha y había revisado mis mensajes y mis redes sociales, sin mayor importancia que el acosador de turno que no para de comentarte lo guapa que estás en las fotos que subes, pero eso es otra historia.
Uno de esos días en los que estás en el pueblo y comes a mesa puesta y no se lo agradeces a tus padres, pero en el fondo lo valoras, porque llevas estudiando fuera dos años y sabes lo que es alimentarse a base de comida pre cocinada y agua de grifo. Uno de esos sencillos días en los que vuelves a la infancia y renaces 100 veces cuando tu madre te manda a hacer recados, que llevo a cabo sin queja ninguna porque me recuerdan a tiempos donde la mayor preocupación era llevarle bien la vuelta a tu madre, en fin, uno de esos días a los que la sociedad tacharía de mediocre o aburrido pero en los cuales al final de día agradeces que no haya habido ninguna llamada de esas que recibes y se te hace un nudo en la garganta, de esos días en los que agradeces salir a la calle y no tener un desencuentro con nadie, días sencillos y llevaderos que suponen la semisatisfacción con uno mismo, pero una mente como la mía no se conforma con días llevaderos y con la semisatisfacción, estará bien para vosotros, pero no para mí.
Como bien dicen el dolor es no sentir nada, y por desgracia en los días mediocres y llevaderos, no se siente nada, y al final del día cuando soy consciente de que el día se ha desarrollado con total normalidad y no he sentido nada, es cuando comienzan a surgir los pensamientos negativos, es cuando el diablo empieza a revolotear en mi interior haciendo de las suyas, y es cuando me enfado conmigo misma, cuando siento que soy mi peor enemiga, es cuando la rabia se apodera de mí por ser partícipe de una vida sujeta a normas y estereotipos establecidos por una sociedad que no he elegido. Y por otra parte doy las gracias sí, doy las gracias por ser una insaciable inconformista con ojos en la cara para ver la mierda que le rodea, con boca para callar todo lo que escucho por mis oídos, con olfato para olerme todas vuestras intenciones de antemano, con sentidos para percibir la realidad de un mundo que por mucho que nos hagan creer, no estamos preparados para vivir, pero sobretodo con cabeza, con cabeza para pensar.
Y esa es la única y verdadera satisfacción que tengo, que si me tengo que quedar sola, me quedo con la mejor.
Continuando con la transición del día no me bastaba de ninguna manera terminar el día de manera normal, así que asqueada me puse el chándal y bajé las calles dirección el parque, donde me esperaban mis chavales, que son los que hacen los días más llevaderos y ahí es donde me curo del espanto que me dan mis pensamientos cuando estoy a solas...
bueno ahí y en los ojos de mi madre.
miércoles, 12 de abril de 2017
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